Acacia caven (Mol.) Mol.  

  BASIÓNIMO:
Mimosa caven Mol., Sag. Stor. Nat. Chili 174. 1782.

SINÓNIMOS:
Mimosa cavenia Mol., Sag. Stor. Nat. Chili 355. 1782.
Acacia cavenia (Mol.) H. et A., Bot. Beechey Voy. 1: 21. 1830.-Colla 1834: 63,-Gay 1847: 255.-Reiche 1898: 28.-Urban 1934: 67,
Acacia farnesiana (L.) Willd. var. cavenia (H. et A.) O.K., Revis. Gen. Pl. 3(2): 47. 1898.
Vachellia farnesiana (l) Wigth et Arnott fma. cavenia (Mol.) Speg., Bol. Acad. Nac. Ci. 26:298.1923.
Acacia caven (Mol.) H. et A., ex Donoso, Manual Fac. Ci. Forest. Univ. Chile 2: 78. 1974.

 

 

  DESCRIPCIÓN  
Nombres vulgares: Espino, Espino maulino, Cavén, Churque, Quirinca.

Árbol pequeño de hasta 6 m de altura; copa casi semiesférica. Tronco tortuoso, de hasta 50 cm de diámetro, corteza negruzca, gruesa, agrietada longitudinalmente. Ramas gruesas, tortuosas, estriadas, pardas: ramitas flexibles, nudosas, pubescentes; espinas estipuláceas, geminadas, horizontales, delgadas, de tamaño muy variable, de 5-25 mm de largo, muy agudas, gris claras, pubescentes en la base, oscuras y glabras hacia el ápice;. Hojas caducas, compuestas, bipinadas, fasciculadas sobre braquiblastos alternos, axilares en cada par de espinas; raquis primario pubescente, de 1-4cm de largo, con 7-12 pares de ejes secundarios, opuestos, de 5-10 mm de largo. Folíolos 12-20 pares, enteros, opuestos, sésiles, oblongos, glabros, de 1-2 mm de largo y más o menos 0,5 mm de ancho. Inflorescencias dispuestas en glomérulos densos, de 1 cm de diámetro, amarillo-dorados a anaranjado-amarillentos, ligeramente perfumados, sostenidos por un pedúnculo de 5-10 mm de largo y situados en los mismos braquiblastos donde se ubican las hojas. Flores hermafroditas, sésiles, de 5-7 mm de largo. Cáliz rojizo, 4-6 dentado. Corola amarillenta, 5-dentada. Estambres poliadelfos, numerosos (40-60). Ovario súpero, oblongo, pubescente. unilocular, multiovulado; estilo glabro, de 5 mm de largo: estigma poco notable. Fruto una vaina subleñosa de 3-7 cm de largo y 1,5-2,5 cm de diámetro, negra, lustrosa, cilíndrica, fusiforme. ligeramente encorvada, terminada en un mucrón apical. Semillas ovales, comprimidas, oliváceas, de 5-9 mm de largo, dispuestas en 4 hileras dentro de un tejido esponjoso.

Distribución geográfica:

Especie ampliamente distribuida en las laderas orientales de la Cordillera de la Costa, a través de todo el valle central, hasta la precordillera andina, desde la Provincia de Copiapó (III Región) hasta la de Valdivia (X Región), entre los 60-1.200 m s.m. Al sur del río Laja se encuentran sólo algunos ejemplares aislados. Abunda especialmente en la Provincia de Santiago y Los Andes, donde antiguamente formaban tupidos bosques xerófitos. De acuerdo a Cabrera (1967: 409) también se encuentra en Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay.

Consideraciones ecológicas:

Es la única Acacia chilena. Se le encuentra adaptada a climas secos y a terrenos más o menos pobres.

En el norte vive aislada entre ejemplares de Geoffroea decorticans. pero desde la Provincia de Los Andes hacia el sur, constituye el elemento principal del matorral del valle central ("Estepa de Acacia caven o Espinal"). En esta región está asociada generalmente a otras especies mesófitas tales como Lithrea caustica, Quillaja saponaria, Schinus polygama y Peumus boldus. El tapiz herbáceo es poco denso y entre las gramíneas que lo forman dominan especies de los géneros Stipa, Bromus, Nassela y Melica.

En las condiciones climáticas más adversas el crecimiento es mucho más lento y el tamaño de los ejemplares no alcanza dimensiones considerables.

La floración es precoz, precede a la aparición de las hojas y ella ocurre entre los meses de agosto a noviembre, según sea la región en que se encuentra. Los frutos maduran durante los meses de enero a febrero.

Usos:

Su madera muy dura, compacta, algo vidriosa, presenta el duramen de color rojo rodeado por la albura amarillenta; se le utiliza en trabajos de tornería, en artesanía popular y en la confección de estacas para viñas. Sin embargo, es muy buscada para la fabricación de carbón vegetal de excelente calidad, lo que ha llevado a una rápida explotación de los otrora extensos espinales.

Observaciones:

En épocas pasadas los espinales estaban formados por ejemplares de hasta 10 m de altura, pero hoy se observan individuos mucho más pequeños y más o menos dispersos debido a la habilitación de los terrenos para cultivos y explotación indiscriminada de la madera.

Merece destacarse el hecho de que es difícil encontrar plantas nuevas, lo que indica la poca regeneración natural de esta especie.

 

  LITERATURA:  
Burkart A., 1946
Leguminosas nuevas o críticas. Darwiniana 7 (2): 216-239, 2 lám.

Cabrera A. L., 1967
Flora de la Provincia de Buenos Aires. Parte III. Piperáceas a Leguminosas. Buenos Aires 671 pp.

Digilio A. P. L. and P. R. Legname, 1966
Los árboles indígenas de la provincia de Tucumán. Opera Lilloana 15: i-xxvii, 1-212.

Hoffmann A., 1980
Flora silvestre de Chile. Zona central. Ed. Fundación Claudio Gay. Santiago. 254 pp.

Molina J. I., 1810
Saggio sulla storia naturale del Chili di Gio: Ignazio Molina. Seconda edizione accresciuta o arricchita di una nuova carta geografica e del ritratto dell' autore. Bologna. v, 306, 2 pp., 1 mapa, 1 retrato.

Navas E., 1976>
Flora de la cuenca de Santiago de Chile. Santiago. Vol. 2. Dicotyledoneae. Archichlamydeae. 559 pp.

 

  Rodríguez, R., O. Matthei & M. Quezada. 1983. Flora Arbórea de Chile. Editorial de la Universidad de Concepción, Chile. Versión Digital en Internet. URL: http://www.chilebosque.cl/libro_flora_arborea.html  
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